20 Nov Marie Elena Estrada: “Quisqueya La Bella es un homenaje al alma de la República Dominicana”
Tiempo de lectura estimado: 6 minutosEn el corazón de Madrid, la artista dominicana Marie Elena Estrada ha presentado Quisqueya La Bella, una menina que celebra la riqueza cultural y natural de la República Dominicana. Parte de la Meninas Madrid Gallery 2024, esta obra, inspirada en símbolos como el Larimar, la cayena roja y el traje típico nacional, busca conectar a los dominicanos en el exterior con sus raíces y proyectar al país como un destino de singular belleza y vibrante identidad.
En una entrevista exclusiva con la revista Soy Caribe Premium, Estrada nos habla sobre qué la inspiró en la creación de la obra y todo su proceso creativo.
1. ¿Qué aspectos de la identidad dominicana fueron esenciales para dar vida a “Quisqueya La Bella”?
En «Quisqueya La Bella,» me enfoqué en los elementos que definen nuestra esencia como pueblo: nuestra rica herencia cultural, nuestras tradiciones y la conexión con la naturaleza que nos rodea.
La paleta de colores vibrantes que utilicé refleja la alegría y calidez de los dominicanos, mientras que las texturas y formas evocan nuestras raíces indígenas, africanas y europeas.
Es una celebración de la identidad dominicana, resaltando la resiliencia y creatividad que nos caracteriza.
2. ¿Por qué eligió elementos como el Larimar, la cayena roja y el traje típico para representar la cultura dominicana?
Elegí el Larimar, la cayena roja y el traje típico porque cada uno de estos elementos encapsula una parte esencial de nuestra identidad cultural y natural.
El Larimar, como piedra única de República Dominicana, simboliza nuestra conexión con el mar Caribe, la paz y la belleza singular de nuestra tierra. Su color turquesa evoca nuestras aguas cristalinas y nuestra riqueza natural.
La cayena roja, por otro lado, es un ícono de la flora dominicana. Representa la pasión, la fuerza y la vitalidad del pueblo dominicano, que siempre florece incluso en las condiciones más desafiantes.
El traje típico es una expresión de nuestras tradiciones festivas y del orgullo de nuestras raíces. Sus colores y bordados cuentan historias de nuestras influencias culturales y nuestra alegría de vivir.
Al unir estos elementos, busqué mostrar cómo lo natural y lo cultural se entrelazan para formar la identidad dominicana.
3. ¿Cómo se conectan los elementos naturales como las olas y los ríos con su visión artística de la República Dominicana?
Los elementos naturales como las olas y los ríos son el alma de la República Dominicana y una constante en mi visión artística.
Las olas representan nuestra relación con el mar, que no solo nos define geográficamente como una isla, sino que también simboliza el flujo constante de nuestra historia, nuestras emociones y nuestra conexión con el mundo exterior.
Por otro lado, los ríos son una metáfora de la vida y la fertilidad de nuestra tierra. Reflejan la abundancia, el trabajo arduo de nuestra gente en el campo y la unión de comunidades que viven alrededor de ellos.
Ambos elementos fluyen en mis obras como símbolos de movimiento, cambio y continuidad, capturando la esencia de un pueblo que se adapta, pero nunca pierde su esencia.
En mi arte, estas fuerzas naturales se convierten en protagonistas, un recordatorio de que nuestra identidad está profundamente enraizada en el entorno que nos rodea y que debemos preservarlo como parte de nuestra herencia.
¿Cuánto tiempo le tomó conceptualizar y ejecutar esta obra?
El proceso de conceptualización y ejecución de una obra como Quisqueya La Bella tomó varios meses, ya que quise capturar cada detalle con la profundidad y el respeto que merece nuestra identidad dominicana.
La conceptualización fue el paso más reflexivo: investigar nuestras tradiciones, conectar con historias de la gente y explorar elementos naturales y culturales que representaran la esencia de la República Dominicana. Este proceso duró alrededor de tres meses, ya que me sumergí en los simbolismos y busqué cómo interrelacionar los elementos de manera armónica.
La ejecución, que incluye el bocetado, la selección de colores y técnicas, y finalmente dar vida a la pieza, tomó aproximadamente cuatro meses adicionales. Cada trazo y textura fue una decisión deliberada para transmitir el mensaje de orgullo y pertenencia que deseaba comunicar.
¿Qué espera que sientan los dominicanos al ver “Quisqueya La Bella” en una exposición de esta magnitud?
Espero que los dominicanos sientan un profundo orgullo y una conexión emocional al contemplar Quisqueya La Bella.
Mi intención es que, al ver la obra, se reconozcan en ella, no solo por los elementos culturales y naturales representados, sino también por el espíritu resiliente y vibrante que caracteriza a nuestra gente.
Quiero que experimenten una mezcla de alegría y nostalgia, que recuerden las tradiciones, los paisajes y los momentos que nos unen como nación. Que sientan la fuerza de nuestras raíces, la riqueza de nuestra diversidad y la belleza de nuestra herencia.
En una exposición de esta magnitud, también aspiro a que Quisqueya La Bella sea un puente entre generaciones, una invitación a reflexionar sobre lo que significa ser dominicano y una llamada a proteger y valorar lo que nos hace únicos.
Más allá del orgullo, espero que inspire gratitud y amor por nuestra tierra.
¿Cómo percibe el papel del arte en la reafirmación de la identidad cultural de los dominicanos que viven en el exterior?
El arte juega un papel fundamental en la reafirmación de la identidad cultural de los dominicanos que viven en el exterior. Para quienes están lejos de nuestra tierra, el arte se convierte en un puente emocional y simbólico que los conecta con sus raíces, sus recuerdos y su sentido de pertenencia.
A través del arte, es posible revivir los paisajes, los colores y las tradiciones que nos definen como pueblo. Permite que nuestras historias y valores viajen más allá de las fronteras, creando un espacio para la reflexión y el orgullo. Para los dominicanos en la diáspora, el arte no solo evoca nostalgia, sino que también funciona como un recordatorio de quienes somos y de dónde venimos.
Además, el arte tiene el poder de construir comunidad en el extranjero. Alrededor de una obra que celebra la dominicanidad, se generan conversaciones, se comparten anécdotas y se fortalece el lazo colectivo. Es una herramienta que no solo preserva nuestra cultura, sino que la amplifica, llevándola a nuevos contextos y generando un impacto duradero en las generaciones futuras.
Su trayectoria incluye la fotografía y la pintura, ¿cómo influyeron estas disciplinas en la creación de esta menina?
Mi experiencia tanto en la fotografía como en la pintura ha sido esencial en la creación de esta menina. Ambas disciplinas aportaron elementos únicos que enriquecieron el proceso creativo y me permitieron capturar la esencia de Quisqueya La Bella.
La fotografía me enseñó a observar con detalle, a descubrir la belleza en lo cotidiano y a jugar con la luz y la composición. Ese ojo fotográfico me permitió seleccionar cuidadosamente los elementos visuales que forman parte de la obra y ensamblarlos de manera que cuenten una historia coherente. También influyó en mi capacidad de documentar y reinterpretar los paisajes y texturas de la República Dominicana.
Por otro lado, la pintura me dio la libertad de explorar colores, formas y emociones con una expresividad que va más allá de lo literal. En esta obra, usé la pintura para transformar las imágenes y sensaciones capturadas en algo más simbólico, impregnando cada detalle con el sentimiento y la vibración de nuestra identidad cultural.
La integración de ambas disciplinas permitió que esta menina fuera un equilibrio entre lo real y lo simbólico, un homenaje que captura tanto lo tangible como lo intangible de nuestra herencia dominicana.
¿Qué significa para usted, como artista, haber sido seleccionada para representar a República Dominicana en este evento?
Ser seleccionada para representar a la República Dominicana en un evento de esta magnitud es un inmenso honor y una responsabilidad que abrazo con gratitud y orgullo. Como artista plástica dominicana, me siento agradecida, orgullosa y privilegiada de poder exhibir mi arte representando a mi país en esta exhibición.
Hace dos años visité Madrid buscando inspiración para relanzar mi carrera como artista plástica y la primera manifestación de arte que vi fue precisamente una menina de Antonio Azatto. En ese momento le compartí a mi esposo el anhelo de algún día plasmar mi arte en una de ellas y gracias a Dios hoy es un sueño cumplido y una oración contestada.
Por eso me siento agradecida de que Dios me haya permitido esta oportunidad y privilegiada de haber sido seleccionada por CEPM, Evergo y la Embajada Dominicana en España, para representar la dominicanidad a través del arte.
En lo personal, me llena de alegría pensar que, a través de esta obra, los dominicanos, especialmente aquellos que viven en el exterior, pueden sentir su patria más cerca. Es una oportunidad de reafirmar nuestra identidad y de que otros descubran y valoren la singularidad de nuestro país. Para mí, ser embajadora cultural en este evento es tanto un logro profesional como un acto de amor por mi tierra.
Si pudiera describir a “Quisqueya La Bella” en una palabra o frase, ¿cuál sería y por qué?
Describiría a Quisqueya La Bella como «el alma vibrante de una isla infinita.»
Esta frase encapsula lo que la obra representa, celebrando nuestra tierra, el espíritu resiliente y apasionado de su gente, y recordándonos que la belleza de Quisqueya está en cada rincón y en cada corazón dominicano, sin importar dónde estemos.
Nathalia Romero Díaz
Estudié periodismo, pero me interesan muchas otras cosas, por lo tanto, es una de mis tantas facetas. Nací en el Caribe, específicamente en República Dominicana, pero me considero una "antítesis caribeña". Me gusta la música, el arte y la cultura en general. Mi espíritu animal es Anthony Bourdain.