Ciudad Colonial para disfrutar del encanto de la ciudad primada de América

Un paseo por la Zona Colonial de Santo Domingo

Tiempo de lectura estimado: 4 minutos

Para un español pasear por la Ciudad Colonial de Santo Domingo es descubrir una parte de la historia de España y para todos es hallar el origen de la historia del nuevo mundo.

 

Alcázar de Colon, Santo Domingo

El Alcázar de Colon, en la Zona Colonial de Santo Domingo

 

Estaba deseando descubrir la Ciudad Colonial, así que a primera hora de la mañana salí del hotel y enfilé la Calle George Washington, también conocida como el Malecón para pasar por el “Obelisco Macho”, un monumento actualmente con pinturas de destacados artistas dominicanos y que se ha convertido en un homenaje a la “Resistencia Dominicana” durante la dictadura de Trujillo; seguí, al paso que el congestionado tránsito permite, hacia la Ciudad Colonial para disfrutar del encanto de la ciudad primada de América, con sus monumentos, calles y rincones, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1990.

Puerta del Conde, Ciudad Colonial Santo Domingo

Puerta del Conde, Ciudad Colonial Santo Domingo

 

Comencé mi recorrido desde la calle Palo Hincado, para pasar junto a la puerta de la Misericordia, de estilo renacentista y antes conocida como la puerta de Santiago o puerta Grande, el lugar donde se encendió la llama de la Independencia de la patria dominicana.

En esta misma calle se ubica el parque de la Independencia donde además se encuentra el Altar de la Patria; un mausoleo donde reposan los restos de los padres de la patria: Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella.

Frente a este parque traspasé el umbral de la Puerta del Conde, donde se izó por primera vez la bandera dominicana para descubrir una de las calles más populares de la ciudad, El Conde, una de las primeras que se construyeron por europeos en América.

 

Panteón Nacional

 

Tiene un trayecto de un kilómetro, es la única calle peatonal de la ciudad y vio un resurgir durante la llamada “Danza de los millones” (1918-1921), una época brillante debido a la primera guerra mundial y que hizo que los productos como el cacao, café y sobre todo la caña de azúcar subieran de precio y tuvieran una fuerte demanda desde Europa. Después de estos años, durante los años 1924-1930 se construyeron los primeros edificios de hormigón, se instalaron los primeros ascensores en la isla y se representó en varios de ellos el estilo Art Decó. Actualmente se vienen rehabilitando interesantes edificios y el comercio que se puede ver está puramente dedicado a los turistas, con interesantes comercios de venta de cuadros.

Me había sugerido un recepcionista del Hotel Jaragua donde me hospedé, que en esta misma calle debía hacer un alto en el recorrido para degustar un buen café en “La Cafetera Colonial” un local con solera abierto desde el año 1939 y que el fuerte olor a café produce una sensación de magnetismo al paso por este local. En este mismo tramo del Conde me sorprendió un novedoso jardín vertical que pone frescura a la fachada de un aparcamiento y que patrocina una importante marca de bebidas gaseosas.

 

Sin dejar el Conde, continué hasta el Palacio Consistorial, primer ayuntamiento de América, junto al parque Cristóbal Colón donde también se encuentra la catedral primada, la primera que se construyó en América.

La mejor opción para disfrutar de esta plaza y del bullicio de la zona, es sentarse en el Café “El Conde” para saborear uno de sus excelentes y frescos zumos tropicales, por las tardes y noches músicos locales ponen son al calor tropical.

Sin abandonar este parque, se encuentran los museos de ámbar y de tabaco dominicano y al lado uno de los mejores restaurantes de la ciudad, “Jalao”, con una decoración autóctona y que ofrece una carta con interesantes platos de la cocina criolla amenizado por música dominicana en vivo.

 

La Bandera, Plato típico dominicano

 

La estatua de Cristóbal Colón preside la plaza donde se encuentra la Catedral Primada, consagrada a Santa María de la Encarnación y que fue construida por Alonso González en el siglo XVI. En 1546 el papa Paulo III, la elevó al rango de Catedral Metropolitana y Primada de América a petición del Rey Carlos I de España. De estilo gótico tardío con influencias renacentistas y platerescas en su puerta principal.

La Catedral no tiene torre con campanario y en su lugar se sustituyó por una simple espadaña con campanas, de esta manera se puso fin a un conflicto surgido por los habitantes de la ciudad quienes no querían que el campanario fuera más alto que la Torre defensiva de Ozama.

Tras visitar la Catedral en el Parque de Colón continué mi recorrido por la calle Isabel la Católica, dedicada a la Reina de Castilla y quien dio apoyo a Cristóbal Colón en el descubrimiento de América. En esta calle me detuve para ver otra interesante construcción “La Casa del Cordón”, primera construcción en piedra que se levantó en la isla y quizás también la primera de dos plantas. Su nombre se debe al cordón que presenta en su fachada el cual se asocia con la Orden de los Franciscanos.

Seguí mi marcha, entre fachadas de color y balconadas con forja artística hasta llegar a la Plaza de España, también conocida como de la Hispanidad cuyo monumento más destacado es el alcázar de don Diego Colón. Esta construcción se levantó sobre un solar próximo a los farallones que miran al Río Ozama y fue una concesión del Rey Fernando “El Católico” al hijo primogénito de Cristóbal Colón para que pudiera vivir allí con su familia.

Este Alcázar tiene influencias del Palacio de Mancera de Abajo, en la provincia de Salamanca (España), ya que María de Toledo, hija de Don Juan de Toledo, se casó con el primogénito de Cristóbal Colón y se fueron a vivir a Santo Domingo como virreyes y gobernadores de la Isla.

 

En la Ciudad Colonial se encuentra la Catedral de Santo Domingo uno de los puntos a visitar

En la Ciudad Colonial se encuentra la Catedral de Santo Domingo

 

En el vuelo desde Madrid a Santo Domingo, conocí a una galerista mexicana que había expuesto en ARCO y que me sugirió no abandonar la Ciudad Colonial sin descubrir el arte dominicano en alguna de las galerías que hay en la zona, como por ejemplo “Abad Gallery”, “Sangiovanni” o “Arte Berri” entre otras muchas de gran interés. La escultura y la pintura dominicana empiezan, por fin, a despegar en el mundo del arte a nivel internacional.

 

Analista turístico y docente en la Escuela Gastronómica de Toledo (España). Con amplia experiencia en temas turísticos colabora como conferencista para universidades e instituciones de República Dominicana, México, Cuba y Honduras.



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