
08 Ene Cuando el malecón bailó bachata para el mundo
Tiempo de lectura estimado: 2 minutosEra 11 de diciembre de 2021, un día con el peso de un sueño y el ritmo de la historia. Apenas salíamos del confinamiento que silenció las calles y apagó las fiestas. Pero el amor por lo nuestro nunca se apagó. La bachata, ese ritmo que lleva nuestra identidad en cada acorde, merecía un homenaje a su altura. Y así nació una idea que parecía una locura: romper el récord Guinness del baile de bachata más grande del mundo.
El escenario sería el Malecón de Santo Domingo, símbolo de vida y alegría, donde la brisa del mar se confunde con el sonar de la música. El artífice, Alberto Zayas, conocido por llevar proyectos grandes a la realidad, convocó a un país a unirse por su cultura. El reto era claro: 489 parejas bailando al unísono, con precisión, pasión y disciplina. Pero detrás de esta cifra había algo más profundo, un mensaje: demostrarle al mundo que nadie baila más bachata que un dominicano. Lo cual fue posible, además, gracias al apoyo de la alcaldesa de la ciudad Carolina Mejía.
No fue fácil. La pandemia todavía nos había dejado cicatrices. Los ensayos se convirtieron en un desafío: gente que llegaba con mascarillas, con miedos aún presentes, pero con la firme voluntad de dar lo mejor. Hubo obstáculos logísticos, momentos de incertidumbre y voces que dudaban si sería posible. Pero la pasión lo superó todo. Con el ritmo de Luis Segura como guía, el arreglo magistral de Antonio González, y la coreografía de Marcos Taveras y Laura Ramirez, cada pareja aprendía sus pasos, aferrándose a la idea de que este no era un récord cualquiera, sino un tributo a nuestra herencia cultural.
El día llegó. El Malecón se vistió de fiesta. Miles de personas, entre participantes y espectadores, convirtieron el espacio en una postal viva de orgullo dominicano. Los ojos del Guinness World Records estaban ahí. La cuenta regresiva comenzó. ¿Y si fallaba alguna pareja? ¿Y si el esfuerzo no era suficiente? El peso de la responsabilidad se sentía en el aire, pero la música no permitió dudas.
Al primer acorde de la bachata, el Malecón entero se transformó. Las 489 parejas se movieron al unísono, sintiendo el ritmo como un latido común. El sol reflejaba el brillo de un país unido por su cultura, su música y su gente. Al terminar, la voz del Guinness confirmó lo que ya todos sabían: “Nuevo Récord mundial del baile de bachata más grande del mundo”.
Las lágrimas, los aplausos y los abrazos estallaron. El mundo entero fue testigo de que en República Dominicana no solo nacen los mejores bachateros, sino también los mejores bailarines. Ese día, la bachata no fue solo música; fue una celebración de nuestra identidad, nuestra resiliencia y nuestro amor por lo nuestro. Este fue un aporte a la petición que luego se convertiría en una realidad, declarar el 11 de diciembre «Día Nacional de la Bachata”.
Crónica de una mariposa, jueves 12 de diciembre,
Por Angela Gil Beliard
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Angela Gil Beliard
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