02 Sep Cómo combatir la Depresión Postvacacional
Muchos esperamos deseosos las vacaciones, para poder relajarnos y disfrutar de la paz mental que nos ofrece el permitirnos sin obligaciones.
Sin embargo, parece que esos días se pasan volando, y más pronto que tarde debemos volver al trabajo. Nos empezamos a sentir ansiosos, apáticos, cansados y tristes.
El agobio de tener que recuperar todo el trabajo y de no poder con ello nos descontrola. La exigencia de que el cuerpo y la mente trabajen como lo hacían antes de irnos de vacaciones, pasando así del cero al 100 en una sola jornada, parece irreal.
No bien hemos tomado tiempo libre y se renuevan las ganas de otras vacaciones, para poder descansar nuevamente, y todo ello, sin apenas haber empezado a trabajar.
Sin embargo hay unas pequeñas pautas que llevándolas a cabo nos ayudarán a lograr un cambio más gradual, hasta que nos insertemos en la rutina, sin que represente una auténtica tortura.
Hay que tener en cuenta que la depresión postvacacional es un síndrome pasajero que nos ayuda a aceptar la pérdida de algo: la sensación de fluir sin planes, la falta de obligaciones, la libertad para hacer lo que queramos, el tiempo aparentemente ilimitado… Dicho todo lo anterior, vamos con algunas pequeñas recomendaciones:
- No dejar para las vacaciones el vivir y el fluir: una buena manera de combatir este síndrome sería anticiparnos a él, y no tanto paliarlo cuando aparezca. Hagamos honor a la expresión “más vale prevenir que curar”, y en vez de esperar a las vacaciones para permitirnos vivir, probemos algo diferente: empecemos a vivir en el presente, sin esperar al mañana. Podemos permitirnos flexibilizar nuestras rutinas y aligerar esos deberes, escuchándonos más en el día a día.
Además es interesante tomarnos pequeños momentos para desconectar, ya sean de días de descanso o simplemente de horas. El día no solo consiste en trabajar, sino que tenemos horas que muchas veces llenamos con obligaciones sin dejar hueco a los deseos. A veces debemos invertir ese orden de prioridades, pudiendo disfrutar del permitirse.
- Anticipar el regreso de vacaciones: en ocasiones queremos aprovechar hasta el último día de vacaciones, sin dar tregua a la mente a volver a organizarse. Es recomendable dejar un par de días libres antes de volver al trabajo. De esta forma nos permitimos descansar, hacernos a la idea de volver a la rutina, y organizarnos con lo que tenemos pendiente, sin que nos genere el estrés que ocasiona hacer las cosas en el último momento.
- Planificar las tareas pendientes siendo realista y priorizando lo más importante:hay días en los cuales me siento capaz de todo y rindo a mi máximo nivel…pero, no puedo esperar que todos los días sean así, y mucho menos después de las vacaciones.
Otra opción es disminuir el ritmo de trabajo, asumiendo la responsabilidad de recuperarlas tareas pendientes, según su importancia y urgencia, en momentos donde pueda permitírmelo. Vamos a escuchar lo que la mente y el cuerpo nos piden a gritos.
- Ejercicio físico: sabemos que es nuestro gran aliado a nivel corporal y también mental, pues nos permite sacar todas esas sensaciones desagradables y transformarlas en bienestar y tranquilidad. Si además experimentamos este ejercicio desde la escucha del cuerpo y encontramos esa conexión con uno mismo, nos ayudará a conocer nuestros límites y lo aplicaremos a la rutina diaria.
Con estas pequeñas pautas realizaremos una vuelta al trabajo menos conflictiva, sin tener que esperar hasta las próximas vacaciones para disfrutar de momentos de placer, que siempre están ahí para nosotros.
Resumen de perfil Profesional de Elisabeth Flórez
Experiencia en la clínica privada (presencial y on-line), así como en la realización de seminarios, cursos y talleres.