
28 Jul El Caribe frente a un cambio necesario: sostenibilidad, tecnología y autenticidad como claves del nuevo turismo
Aunque el turismo representa más del 22 % del Producto Interno Bruto en el Caribe y genera cerca de 2,75 millones de empleos, su verdadero potencial aún no ha sido plenamente explotado. Las cifras macroeconómicas pueden resultar alentadoras, pero detrás de ellas se esconde una realidad compleja: el modelo turístico actual presenta desequilibrios que amenazan su sostenibilidad a largo plazo.
Uno de los ejemplos más visibles es el turismo de cruceros. Aunque moviliza grandes volúmenes de visitantes y constituye un pilar importante para muchas economías insulares, el gasto promedio de estos turistas sigue siendo significativamente inferior al de aquellos que pernoctan o participan en experiencias de aventura más prolongadas. A esta situación se suman los crecientes desafíos ambientales que suponen tanto los cruceros como los grandes complejos turísticos: alto consumo de agua y energía, generación masiva de residuos y una presión constante sobre ecosistemas costeros frágiles como manglares, playas y arrecifes de coral.
Según Lilia Burunciuc, directora del Banco Mundial para el Caribe, es urgente un giro estratégico. “El Caribe debe cambiar de rumbo, y los líderes del sector turístico ya lo están comprendiendo. Los viajeros de hoy demandan experiencias sostenibles, auténticas e inmersivas. Quienes se adapten a esta nueva realidad saldrán beneficiados”, afirma.
La advertencia forma parte del más reciente informe del Banco Mundial, titulado Repensar el turismo en el Caribe: Estrategias para un futuro más sostenible, donde se plantea una hoja de ruta para reposicionar la región como destino competitivo sin sacrificar su riqueza natural y cultural. Entre las estrategias clave destacan:
1. Impulso a la economía azul
El llamado “turismo azul” propone una utilización responsable de los recursos marinos para generar crecimiento económico, empleo y desarrollo comunitario, sin comprometer la salud de los ecosistemas oceánicos. Este modelo va más allá de la oferta de productos turísticos: promueve operaciones e infraestructuras comprometidas con la sostenibilidad a largo plazo.
2. Compromiso ambiental y social
La sostenibilidad ya no es un valor añadido, sino una prioridad tanto para gobiernos como para turistas. Un reciente estudio sobre viajeros de aventura de EE. UU. revela que este grupo considera la sostenibilidad como el principal criterio al elegir destino. Esto implica una mayor demanda de productos ecológicos, certificaciones ambientales y propuestas auténticamente locales.
3. Reformular el turismo de cruceros
Si bien los cruceros seguirán siendo protagonistas en la región, se impone una revisión de su impacto. Se requiere avanzar hacia un modelo de mayor regulación y coherencia en las políticas de inversión, incluyendo tarifas ambientales que reflejen el verdadero coste de conservar infraestructuras y ecosistemas. Además, la demanda creciente de alojamientos alternativos obliga a repensar la oferta más allá del modelo hotelero tradicional.
4. Experiencias con alma
El perfil del turista ha cambiado. Hoy se busca algo más que sol y playa: el deseo es vivir la cultura local, interactuar con las comunidades y sumergirse en la naturaleza. Actividades como rutas gastronómicas, experiencias patrimoniales, deportes de aventura o ecoturismo se han convertido en elementos esenciales de la nueva oferta caribeña.
5. Transformación digital
La tecnología ha revolucionado la forma de viajar. Herramientas como aplicaciones móviles, inteligencia artificial o big data están redefiniendo el vínculo entre turistas y destinos. Desde la planificación del viaje hasta su disfrute y difusión, el uso de datos en tiempo real y la personalización del servicio se han vuelto indispensables.
Según el informe, aunque algunos países caribeños ya están dando pasos hacia este nuevo paradigma, los retos siguen siendo numerosos. Es fundamental priorizar el crecimiento cualitativo sobre la mera cantidad de visitantes, y asegurar que los beneficios del turismo se distribuyan de manera más equitativa.
“La inclusión también debe ser parte del futuro turístico del Caribe. Se trata de tejer conexiones más sólidas entre el turismo y otros sectores clave como la agricultura, la artesanía o el emprendimiento local”, concluye Burunciuc.
En definitiva, el Caribe tiene ante sí una gran oportunidad: redirigir su rumbo hacia un turismo regenerativo, inclusivo y resiliente. Un camino que no solo protegerá su riqueza natural, sino que permitirá a sus comunidades crecer con dignidad y sostenibilidad.
Periodista especializada en comunicación digital, periodismo tradicional y relaciones públicas, con una sólida trayectoria que combina más de 15 años de experiencia en la gestión de contenidos editoriales y recursos humanos.
Es licenciada en Ciencias Humanas, mención Comunicación Social y Periodismo, por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (USAD). Posteriormente realizó un postgrado en Relaciones Públicas en la Universidad Católica de Santo Domingo, y en 2013 obtuvo una maestría en Comunicación Digital en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).
Desde julio de 2021 se desempeña como periodista y coordinadora de contenidos en la revista Soy Caribe Premium. A partir de 2022, amplió su labor periodística colaborando con el medio Dominicanos X Europa, en el que desarrolla reportajes y entrevistas orientados a la diáspora dominicana en España. A partir de su residencia en España, también colabora como periodista en el medio digital español, Interbenavente.